Hoy veremos cómo hacer una ayuda preciosa para nuestros pies cansados ​​en casa, un remedio natural de belleza económica y simple para combatir la fatiga y suavizar las callosidades que tan a menudo se apoderan de nuestros pies .

ingredientes:
- Una cuenca de agua caliente.
- Jabón líquido de tu elección
- sal de Epsom
- sal marina
- Aceite esencial de lavanda

Las cantidades de ingredientes en la lista son a su discreción, recomendamos un cuarto de taza para sal y jabón, mientras que para el aceite esencial, unas pocas gotas son suficientes.
Siempre es bueno hacer el baño de pies en la noche cuando nuestros pies están cansados y estresados ​​por el día, para dar alivio a todo el cuerpo.

Recomendamos la sal de Epsom para cualquier otro tipo de baño o baño de pies, incluso para baños en la bañera, ya que este tipo de sal se usa tradicionalmente como un componente de varias sales de baño. De hecho, la sal de Epsom se usa en las clínicas de belleza más innovadoras como ingrediente principal en la terapia de fluctuación de agua: grandes cantidades de sales se disuelven en piscinas especiales, donde la persona se sumerge y permanece a flote sin ningún esfuerzo. Dicen que es súper relajante y que hay que probarlo: una experiencia rejuvenecedora como regresar a los niños y flotar en el útero.

La sal de Epsom, utilizada para preparar baños de pies, es un remedio natural para el dolor de pies . La propiedad de la sal, de hecho, reduce la apariencia de las arrugas clásicas en la piel que aparecen después de un tiempo que mantenemos nuestros pies sumergidos en agua. Además, el sulfato de magnesio también es absorbido por la piel, lo que reduce la inflamación en las articulaciones. Un baño de pies con sales es muy relajante y curativo incluso en casos de esguinces y contusiones, ya que las sales absorben la hinchazón y reducen el dolor. Las propiedades purificantes, emolientes y suavizantes de las sales siempre han sido famosas. Prueba este baño de pies, ¡no te arrepentirás!

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